Alegoría del triunfo de Venus (1540-1545), de Bronzino, National Gallery, Londres. Venus de Urbino (1538), de Tiziano, Galería Uffizi, Florencia. Los fauvistas prescinden de la perspectiva, el modelado y el claroscuro, experimentando con el color, que es concebido de modo subjetivo y personal, aplicándole valores emotivos y expresivos, independientes respecto a la naturaleza. Sus primeros desnudos tienen un tono académico, todavía idealizado, como su Desnudo dormido (1950), pero poco a poco van cobrando expresividad, con pinceladas sueltas y un cromatismo más intenso, como en Muchacha desnuda riendo (1963), que es una de sus hijas.