En especial, las figuras de nereidas ganaron una gran popularidad e influenciaron al arte producido con posterioridad a todo lo largo del Mediterráneo. Jacques-Louis David fue el principal factótum del neoclasicismo, con un estilo aparentemente académico, pero apasionado y brillante, con una sobriedad intelectual que no impide una ejecución bella y colorista. Como símbolo del alma liberada, su representación pasó a ser un motivo ornamental frecuente en diversas técnicas artísticas, desde la pintura y la escultura hasta las joyas, camafeos, vasos y copas cerámicos, cofres, sarcófagos, etc.