Y ha pecado, se alega, por comisión también: un diario alemán publicó el 3 de junio que Infantino había ordenado que se destruyera la grabación de una reunión de ejecutivos de la FIFA en la que él mismo había participado el mes anterior; el 14 de junio surgió otro posible escándalo involucrando a Infantino, cuando fue acusado internamente en la FIFA de haber iniciado gestiones para comprarse una casa en Zúrich valorada en 21,5 millones de euros.